¡Bienvenida al 2013!

Queremos compartir contigo esta útil, significativa y emblemática frase de Winston Churchill:

"Si me fuese posible escribiría la palabra seguro en el umbral de cada puerta, en la frente de cada hombre, tan convencido estoy de que mediante un desembolso módico el seguro libraría a las familias de catástrofes" 

Y la compartimos contigo porque todos nosotros, a fin de año hacemos el corte de cuentas de nuestras acciones y esfuerzos, y las pólizas de seguros no escapan a eso, aseguramos nuestros servicios médicos, el auto, la casa y su contenido, entendimos la importancia de la póliza de vida e incluso comenzamos nuestro plan de ahorros e inversión.  De verdad que, sí eres de estas personas, dudo que las contingencias te afecten económicamente.

¿Pero qué pasa sí llevamos años en esto, y nunca pasa nada? Pues, la respuesta inmediata es: ¡Que bueno que ha sido así! Porque de lo contrario, cualquier otro escenario pasa facturas incómodas. Esta respuesta debería ser suficiente, pero como no lo es, y volviendo a la propuesta inicial: "que nunca pasa nada" y evalúas cuanto dinero inviertes en los seguros, pero supuestamente no genera frutos, te invito en agradecimiento de éste fin de año feliz,  a que evalúes cuanto costará en el mejor de los casos:
  • Una permanencia en una clínica privada durante 3 días continuos,
  • La reparación de un vehículo con daños parciales, sin hablar de otros sucesos impactantes,
  • La reposición de piezas dañadas por colisión de vehiculos,
  • El robo de contenido en tu hogar: el plasma u ordenador, sin mencionar incendio o temblor,
  • Cuanto costará el pago de todos los servicios durante un par de años si se ausenta la persona que es sostén del hogar,
  • Visualiza tu capacidad de producción a los 65 años (indudablemente no serán las mismas de ahora. Y en cualquier momento puede suceder algo que requiera de la protección aseguradora).
Es decir, los números demuestran que lo mejor que podemos hacer es trasladarle nuestros riesgos a la aseguradora de confianza, dado que cualquier presupuesto queda ínfimamente por debajo de lo que representa nuestra inversión cuando protegemos nuestro patrimonio. Y así, de este modo, tendremos la libertad anhelada en el 2013 para continuar arriesgándonos, confiados en que las vicisitudes que aparezcan están respaldadas por un gigante músculo financiero en el que hemos invertido previamente.

Encantados de compartir contigo este año 2012, sólo nos resta agradecerte una vez más por tu compañía, y nuestro deseo es que tengas Feliz y Próspero año 2013.

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"El seguro: progreso de nuestra civilización"