La Ley de Moore es [facturación] relativa...

Si digo: Ya sabemos qué ocurrirá mañana, qué subirá de precios y qué no, no estoy exagerando: en todo caso, enlazo los estigmas presagiados de quien dijo que cada vez habrá más tecnología cuyos componentes y costos de producción serán más discretos, mientras que ensamblarle los circuitos puede que sea lo contrario: ¿Eso es relativo en la Ley de Moore? Desglosemos y veamos esos trazos:
1) Sabemos que los anaqueles de hardware tratan de sostener el stock con estimados de computadoras, tablets, y cuanto wearables y gadgets exhiban porque cada doce (12) o dieciocho (18) meses aparecerá la sustitución más eficiente y breve que de tiempo de comerciar al mejor precio que se pueda pronosticar.  Y ¿sirve de algo tal anuncio? Pues, aunque parece sencillo procesar la venta al detal o al mayor, si es útil para medir facturaciones con todos sus remaches patrimoniales que enmarcan porvenires y hacen brújula con direcciones evaluadas a pulso en tiempo real y a mano con las convulsivas perspectivas expuestas a todo tipo de incertidumbres: desde una caja de talonarios, hasta las estanterías virtuales de contenidos para la industria galopante de la Social Media (que factura a borbotones). Luego, habría que ver lo siguiente:
2) Moore suelta los globos cuando habla tranquilamente sobre el plazo de su Ley, a expensas de que no faltará quien saque veredictos locales del momento: recordemos que hay condiciones macroeconómicas dirigidas a garantizar la producción ¿Cual producción? La respuesta que flota es así: ¿A qué activo o actividad beneficiosa podríamos referirnos cuando hablamos de los resultados amasados en los equipos que jadean y miran el retrovisor desde que salen de la fábrica porque ya saben qué viene reemplazo y a mejor precio? Los ciclos del naipe polivalente ¿¡O no es equivale a decir que un asunto es el jinete y otra el caballo cuando ya la carrera lleva 500 metros!?…si eso es así: ya sabemos a quien se le olvida sobar la silla del alazán.Screen Shot 2015-11-19 at 02.22.58 p.m.
3) Y así las cosas, se puede decir, que la utilidad no siempre se mide en correlativos fiscales; si no que también sobresale en los más propagados y estruendosos silencios: esos capitales de expectativas que no están ni siquiera en silos recónditos, ni en cifras de ceros sino en enlaces habituales que deben materializarse en patrimonios sociales, familiares:¿Y acaso eso lo dijo Gordon Moore?
Tal vez no lo dijo, si no que seguramente se refirió a sus chips. Punto para Moore, porque así seguiríamos comprando equipos informáticos y seguiremos convergiendo rendimientos de dinero por activos y sus riesgos “discretos”, y que independientemente de eso: ¿Cuantas veces se podrá seguir en la facturación formalizada y cuantas veces no? ¿No estamos acaso ante la posibilidad del asunto excepcional? y que hoy afirmamos como la expectativa de que las repisas de equipos con chips posean un respaldo que ofrezca mejoras contra cualquier vejación macroeconómica, o las que resultan de la misma marcha de la fabrica del know-how…
Tal vez, significaría más, hablando de patrimonios, de facturaciones, de clientes, de futuros que avalen el esfuerzo de esa Ley de Moore y todos sus apScreen Shot 2015-11-19 at 02.24.55 p.m.aratos cuando en realidad están a la deriva de infinidad de azares: y llámalos como quieras: incendio, daños por agua, motín, tornados, movimientos sísmicos, actos inesperados de la fauna diurna, nocturna o de los zombies, filtraciones o taponamientos de agua etc. etc…todos esos son riesgos posibles, pero el de la obsolescencia de tus equipos informáticos vulnerados ya es un hecho que tiene solución aquí, y ahora:
@seguros9

La realidad {¿virtual?} tiene cintura…

Que muchos se aseguran automáticamente, no está mal. Pudieran omitir más o no soldar los filamentos eventuales del acierto…

Y no está mal porque algunas coberturas obtendrá, aunque siempre será como asegurar algo por asegurarlo, dejando por fuera la oportunidad costo-beneficio de cubrir más por el mismo o menor precio que es lo que marca la diferencia entre una póliza sin asesor y el socorro, entendimiento y apoyo cuando es menester. De eso se trata: que funcione cuando sea necesario en el abanico de fluctuaciones: ¿Y cómo se conoce ese costo-beneficio?
De plano hay que abordar la práctica siendo el asesor como el enlace entre lo que funciona y lo que rige ese funcionamiento de los papeles, de contratos, condiciones y cláusulas…y de los diálogos analógicos: que siguen siendo el estaño comercial. ¿Sin eso de que valdría tal documento?: Son cláusulas para el asegurado: ¡¡también para que las aseguradoras las acepten!! Son condiciones para que el usuario sea centinela de sus riesgos a la vez que abraza por la cintura a la aseguradora porque obtiene lo que no aparece escrito y existe, y que viene siendo lo que el asesor conoce por empirismo o estudio mientras come chocolates Dark para combinarlos con los taninos del vino tinto que emparejan lo que el sueño superficial le podría impedir entrever entre miles de ángulos que fluyen dentro del mismo prisma omnicolor cuando se está en tiempo real sobre la rueda de eventos que muchos empujan y que no hay forma que se detenga. O mejor dicho: nadie con lógicas sensatas provocaría despropósitos.
¿O no son las infinitas pinceladas entre quienes avanzan ondeando mástiles y expediciones de riesgos del lugar que expande a cada instante los limites propios y compartidos entre los enviados y los recibidos y cuya única traducción es el ticket con peldaños oportunos para subirse?
No pocos saben que si hay una matriz cuadriculada (y esférica) que postula al asesor de seguros como un enlace que arropa los mensajes para engranarnos con la aseguradora y determinar cuáles son los moldes que utilizarás de las pólizas y cuáles moldearás a tu inversión según cómo se mueva la máquina colectiva de las finanzas (macro), las de la empresas y trabajadores, las de la sociedad en la que estamos, la de esa virtualidad que pasó del papel a las pantallas, a lo del Twitter y su mecánica urbana que va dejando esquelas sensoriales en cada pulsación que envía y no menos del movimiento foráneo y laboral que apoya los avances propios y ajenos en las introyecciones de metáforas grandilocuentes de riesgos y futuros ampliados en las posibilidades de quienes saben que la primera impresión influye, claro que si; no obstante, la palabra y sus caracteres acercan y determinan el contenido: esa práctica es infinitamente vigente.
@seguros9


Enlaces

Sp:

"El seguro: progreso de nuestra civilización"