Que muchos se aseguran
automáticamente, no está mal. Pudieran omitir más o no soldar los filamentos
eventuales del acierto…
Y no está mal porque algunas coberturas obtendrá, aunque siempre
será como asegurar algo por asegurarlo, dejando por fuera la oportunidad
costo-beneficio de cubrir más por el mismo o menor precio que es lo que marca
la diferencia entre una póliza sin asesor y el socorro, entendimiento y apoyo
cuando es menester. De eso se trata: que funcione cuando sea necesario en el
abanico de fluctuaciones: ¿Y cómo se conoce ese costo-beneficio?
De plano hay que abordar la práctica siendo el asesor como el
enlace entre lo que funciona y lo que rige ese funcionamiento de los papeles,
de contratos, condiciones y cláusulas…y de los diálogos analógicos: que siguen
siendo el estaño comercial. ¿Sin eso de que valdría tal documento?: Son
cláusulas para el asegurado: ¡¡también para que las aseguradoras las acepten!!
Son condiciones para que el usuario sea centinela de sus riesgos a la vez que
abraza por la cintura a la aseguradora porque obtiene lo que no aparece escrito
y existe, y que viene siendo lo que el asesor conoce por empirismo o estudio
mientras come chocolates Dark para combinarlos con los taninos del vino tinto
que emparejan lo que el sueño superficial le podría impedir entrever entre
miles de ángulos que fluyen dentro del mismo prisma omnicolor cuando se está en
tiempo real sobre la rueda de eventos que muchos empujan y que no hay forma que
se detenga. O mejor dicho: nadie con lógicas sensatas provocaría despropósitos.
¿O no son las infinitas pinceladas entre quienes avanzan
ondeando mástiles y expediciones de riesgos del lugar que expande a cada
instante los limites propios y compartidos entre los enviados y los recibidos y
cuya única traducción es el ticket con peldaños oportunos para subirse?
No pocos saben que si hay una matriz cuadriculada (y esférica)
que postula al asesor de seguros como un enlace que arropa los mensajes para
engranarnos con la aseguradora y determinar cuáles son los moldes que
utilizarás de las pólizas y cuáles moldearás a tu inversión según cómo se mueva
la máquina colectiva de las finanzas (macro), las de la empresas y
trabajadores, las de la sociedad en la que estamos, la de esa virtualidad que
pasó del papel a las pantallas, a lo del Twitter y su mecánica urbana que va dejando
esquelas sensoriales en cada pulsación que envía y no menos del movimiento
foráneo y laboral que apoya los avances propios y ajenos en las introyecciones
de metáforas grandilocuentes de riesgos y futuros ampliados en las
posibilidades de quienes saben que la primera impresión influye, claro que si;
no obstante, la palabra y sus caracteres acercan y determinan el contenido: esa
práctica es infinitamente vigente.
@seguros9
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