¿Que si he dicho que los
hombres pueden causar tasas actuariales más onerosas que las mujeres para asegurar
algunos riesgos?: Si, y lo digo a diario en @seguros9 o en las sesiones de asesorías propias con
quien amplía sus decisiones en aras de mejorar la gestión de sus riesgos asegurados.
¿Y
por qué no facilitar la gestión practica-aseguradora a quien debe administrar
lo que invierte para asegurar riesgos? ¡En todo caso eso forma parte de los beneficios
de la asesoría además de las que sirven para mejorar la inversión y proyectarse
escenarios en caso de requerir indemnizaciones o la formación oportuna de
patrimonios para familias o solteros!¡Es asesoría!
Ahora ¿eso hace que nosotros los hombres
seamos más vulnerables? Aunque la respuesta es no en materia de cálculos de
costos para seguros de personas, si hay que decir que no menos importante es el
efecto de lo que se expande en el argumento de Daniel Goleman y que a fin de
cuentas se refleja en las estadísticas : ¿No
sería más acertado entenderlo como alerta amigable del síntoma causado por el
desconocimiento de la naturaleza humana sin exclusiones de genero? Deduzco
que sí, y también sería más objetivo.
Sin embargo, vale decir también que esto difiere de
cualquier crónica o pancartas sobre si eso es normal o lo contrario; tampoco trata
de caer en el campo de la critica sin escrupulos. La intención es facilitar algunas herramientas que labré en
el pasado y que recuperé para repasar y compartir algunas de sus recomendaciones
después de más 15 años que lo aborde; y sobretodo porque en aquellos tiempos
había múltiples contingencias urbanas: como cuando ocurrió la sustitución del
viaducto Caracas – La Guaira, cuyo caso afectó la población entera y si antes tardabas
30 minutos, eso, en aquel entonces iba a cambiar. Apareció la noticia de los
requerimientos de reposición del puente y en vez de 30 minutos había que pasar
3 horas para llegar hasta a Caracas y luego otro tanto para regresar. Inevitablemente causaba fatiga y emociones que afectaban lo
que en ese momento eran metas. Era una contingencia que había que administrarla
física y emocionalmente.
Y la verdad es que asuntos como eso solo han
actuado positivamente en mis conexiones con el deporte y se han prolongado
tanto en beneficios que se multiplican con otras áreas como cuando di por
casualidad, después de entrenar en la gélida piscina de Universidad Central de
Venezuela con el equipo de polo acuático en sesiones hinchas con el entonces octogenario
entrenador argentino “Marcelo” antes de competir en aguas abiertas. Y si digo que
di con el libro fue por hallazgo fortuito-motivado es porque después de nadar, aproximadamente
2 o 3 veces a la semana en la UCV (el resto de los días tocaba entrar en la
Universidad Simón Bolívar, Chacao, la Trinidad y Altos Mirandinos) me iba a
revisar los anaqueles de libros de los pasillos y adquiría por lo menos uno quincenal.
Hasta que encontré Inteligencia Emocional de D.G., y si bien en ese momento las
lecturas de autoayuda no aplicaba entre mis inclinaciones predilectas, bien manifestaba
lo que podía ser lumbrera en tiempos espinosos para la zona metropolitana.
¡Nadie se mudaba de la noche a la mañana
porque se iba a caer el viaducto que comunica dos ciudades y que debía ser
reparado durante casi 2 años! Eso había que gestionarlo, así como muchas de las
difíciles circunstancias por las que está pasando Venezuela y que si amerita
ser ejercidas con prudencia emocional y racionalmente del mejor modo posible…
Y si la pregunta es ¿Qué si recomiendo
invertir tiempo leyendo a Daniel Goleman? ¡Total y cabalmente! Y no solo porque
hay que sobrellevar las vicisitudes venezolanas, o sirve de apoyo para reconocer situaciones en las que pudieras entrar en ciclos contrapuestos cuando lo que quieres es generar
capacidad para competir en los en 5 kilómetros de aguas abiertas en mar o los 3
km en donde se encuentran el Orinoco y el Caroní con su sabor a metal y color a
guayoyo… o sobretodo, para no irse del país y abandonar: como también para no gastar
energía en propósitos vacíos; o para entender y respetar a los emigrantes de
Venezuela, quienes a lo mejor quieren esperar que pase toda esa contingencia
política y regresar a disfrutar a su país y su gente. A ellos y a todos hay que
desearles sino la practica de la sabiduría, por lo menos inteligencia emocional
a favor de si mismos y de su entorno.
Compartiré algunas secciones del libro por acá: van las primeras:
Compartiré algunas secciones del libro por acá: van las primeras:
- El precio del pesimismo, y las ventajas del optimismo
- Caracter, moral y las artes de la democracia
- El niño con buena sintonia
- Los ingredientes activos
- La caja de pandora y el optimismo a ultranza: el poder del pensamiento positivo
- Oportunidades cruciales
- El programa de educación de los sentimientos (Daniel Goleman, Inteligencia emocional)
@seguros9
No hay comentarios:
Publicar un comentario