Protección versus Inversión


“NO PODEMOS PERMITIRNOS VIVIR SIN ESTAR PROTEGIDOS DE MANERA ADECUADA.”

George S. Glason

El Bank of America la banca comercial más grande de los Estados Unidos en cuanto a depósitos, y la más grande del mundo en su categoría, en uno de sus folletos, elaborado por Merrill Lynch una de sus filiales, para sus clientes llamado “Como Invertir” el cual responde a preguntas elementales o complejas sobre inversión, como parte esencial de su trabajo, consideran que todo el que pueda permitírselo debería invertir, pero recomiendan que la persona se haga tres preguntas fundamentales:
1. ¿Puedo hacer frente desahogadamente a mis gastos corrientes, de alimentación, vestido y vivienda?
2. ¿Estoy suficientemente asegurado para proteger a mi familia? 3. ¿Dispongo de recursos suficientes para cualquier contingencia que pudiese sobrevenir (enfermedades, accidentes graves y otros )? Si puede responder afirmativamente a las tres preguntas, es el momento de pensar seriamente en invertir su dinero sobrante. Se trata, por supuesto, de preguntas difíciles de responder, pues no hay ninguna fórmula matemática que determine cuánto es suficiente para una necesidad determinada. Lo que a uno le parece adecuado, apenas es mucho para otro.
Analicemos, por ejemplo, el instrumento creado por la sociedad llamado seguro de vida, mediante el cual se reparte entre un número de personas el desastre económico producido por una pérdida individual, para que esa pérdida incida en una proporción relativamente menor sobre cada uno de los componentes de un grupo de individuos. El seguro de vida garantiza una indemnización que viene a compensar la falta de continuidad de ingresos que significa la cesación de la vida.
Necesita saber si su seguro de vida es suficiente para las necesidades particulares de su familia. Existen distintas clases de seguros de vida. Todas ellas ofrecen una forma de protección, núcleo fundamental del seguro de vida: el pago de un capital o renta a los beneficiarios en caso de fallecimiento del asegurado, ya sea por enfermedad o accidente. El seguro de vida es el único que proporciona esta protección y nada más. El capital pagado por el seguro de vida no paga impuestos sobre sucesiones, está fuera del computo de la herencia, es un dinero que va líquido a los beneficiarios. Cuando el tomador del seguro hubiese designado como beneficiario a su cónyuge o a sus descendientes, el derecho de los beneficiarios o del tomador, no pueden ser embargados o incluidos en la quiebra o en la cesión de bienes del tomador, quedando a salvo los derechos de prenda eventualmente constituidos.
Las Primas a depositar en los distintos planes de seguro de vida varían según la condición e importancia de los beneficios que ofrecen.
La mayor parte de los seguros de vida son en sí mismos una forma de inversión de carácter muy conservador. A petición del tomador de la póliza la empresa de seguros deberá otorgar valores de rescate o transformar en un seguro saldado (seguir asegurado de por vida pero por un monto menor) o seguro prorrogado (seguir asegurado por el mismo monto pero por un período de tiempo determinado) desde luego siempre que existan valores de rescate.
Uno de los consejos que estos asesores de inversión dan es que considere que cantidad de dinero o de efectos públicos fácilmente negociables, habrá de tener disponible para poder hacer frente a gastos imprevistos. Si tiene una buena póliza de accidentes o salud que cubra los gastos de hospitalización, cirugía y honorarios médicos entre otros, es evidente que su reserva en efectivo no ha de ser tan importante como si no disfrutase de esta protección. Pues para nadie es un secreto que los costos médicos son muy altos y muchas complicaciones de salud de una persona o un familiar cercano a destruido todo su patrimonio. Enfermedades llamadas graves, críticas o ruinosas tales como : cáncer, infarto al miocardio, derrame cerebral, insuficiencia renal, transplante de órgano vital (corazón, pulmón, páncreas, hígado y médula ósea), parálisis, esclerosis múltiple y quemaduras graves han llevado a personas a vender sus automóviles, viviendas y muchas cosas más. En algunas personas a medida que sus hijos vayan independizándose, es probable que los gastos familiares disminuyan considerablemente y se atrevan a invertir en cualquier instrumento financiero o de cualquier otra índole, pero hasta que ese momento llegue querrá asegurar su alimentación, vivienda, vestido, educación, vacaciones y salud.
Si sus ingresos actuales le permiten vivir con cierta comodidad, asegurarse suficiente y correctamente, entonces es el momento de pensar seriamente en invertir su dinero sobrante.


Fuente: www.macroeconomia.com

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"El seguro: progreso de nuestra civilización"