Palabras clave
Modelos mentales, valores, comportamientos críticos, liderazgo, estándares de seguridad, solución de problemas, monitoreo del comportamiento retroalimentación positiva.
Resumen
La intervención de la accidentalidad a partir del comportamiento es un método proactivo y participativo que busca la mejora continua de los ambientes de trabajo y de las personas. Este método reclama un enfoque integral ajustado a las necesidades de cada empresa que trascienda los necesarios pero insuficientes controles tradicionales (ambiente, capacitación y entrenamiento) y ubique en un mismo lugar de importancia la intervención de los modelos mentales en el plano individual y colectivo. Desde un enfoque integral todos los niveles de análisis son parcialmente ciertos y todos se influyen mutuamente. Este modelo parte de identificar un grupo de comportamientos críticos para la seguridad, analizar y corregir las causas que los originan, construir colectivamente los estándares de seguridad, monitorear los comportamientos a partir de un método sistemático, retroalimentar positivamente y utilizar una serie de herramientas que permiten que las personas en todos los niveles y especialmente los trabajadores tengan el control sobre el proceso de cambio.
INTRODUCCIÓN
Los métodos tradicionales de seguridad y salud ocupacional, por razones de peso, han centrado sus esfuerzos de prevención en el mejoramiento de las situaciones ambientales de riesgo, buscando de una u otra manera eliminar los peligros desde la fuente de origen. Este desequilibrio entre tecnología y humanismo, ha hecho que el desarrollo de los factores que influyen en el comportamiento de las personas sea lento o reducido a las necesarias pero insuficientes estrategias de inducción, capacitación y entrenamiento.
De otro lado, estos métodos tradicionales, para el control de las lesiones en el trabajo, han hecho énfasis en la corrección y prevención después de ocurrido el hecho, pero se han perdido de las enormes oportunidades de mejoramiento que proporcionan los enfoques prospectivos basados en el análisis de los incidentes entre los cuales merecen especial atención los comportamientos de las personas.
No se trata por supuesto de trabajar únicamente sobre el comportamiento de los trabajadores, dejando de lado el comportamiento de las directivas y mandos medios. Tampoco se trata de gestionar los comportamientos de las personas sin realizar acciones simultáneas sobre la cultura organizacional, las condiciones físicas, las políticas de desempeño de los jefes, entre otros aspectos propios de las necesidades preventivas de cada organización.
Se trata sí, de implementar procesos de seguridad a partir del análisis de las causas de los comportamientos que son críticos para la organización y de la puesta en práctica de las mejoras en tres líneas básicas de actuación: las políticas y valores de la salud y la seguridad, las condiciones ergonómicas de los puestos de trabajo y los estilos de liderazgo. Todos estos factores actúan como antecedentes básicos para el cambio de los comportamientos que favorecen la seguridad.
Sin embargo el motor de todo este proceso se encuentra en la participación de todos los niveles especialmente los trabajadores con un enfoque ético de responsabilidad y autonomía. No es posible promover el valor de la salud y la seguridad si las condiciones de trabajo, los estilos de liderazgo y la carencia de políticas y normas de desempeño, están demostrando el antivalor seguridad, o exigir responsabilidad y autogestión, cuando se imponen las normas y se coarta la libertad para intervenir sus propias situaciones de riesgo.
Lo anterior significa que un proceso de intervención de la seguridad basada en el comportamiento e impulsado por valores solo es posible a partir de un sincero deseo de cambio en todos los niveles de la organización, y sincero deseo quiere decir que la alta dirección se compromete con un proceso de mejora continua, los líderes con ser más facilitadores y menos supervisores y los trabajadores a participar y generar propuestas de mejoras con una alta dosis de creatividad y factibilidad.
Dentro de estas consideraciones el propósito de este resumen es presentar un modelo de intervención en seguridad laboral que combina simultáneamente acciones enfocadas a mejorar las condiciones físicas pero también a clarificar el sistema de valores de las personas, generar espacios de participación y diálogo, para la solución de problemas, negociar los estándares de seguridad, aplicar la retroalimentación positiva y los refuerzos e informar permanentemente sobre los resultados del proceso.
MODELO DE SEGURIDAD BASADO EN COMPORTAMIENTOS E IMPULSADO POR VALORES
Este modelo está soportado en 14 elementos que el autor considera clave para impulsar la cultura del autocuidado y generar cambios importantes en las condiciones de trabajo orientados a reducir de manera importante los accidentes de trabajo. Estos elementos rescatan lo valioso de las modernas tendencias de evaluación del desempeño e incluyen como eje central de la intervención los modelos mentales a partir de una pedagogía del mejoramiento continuo de las personas y las condiciones de trabajo.
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