En seguros patrimoniales, valoramos los riesgos en función del reemplazo. En seguros de personas, no: la vida no es sustituible, de allí que, las coberturas son ilimitadas. Entonces, la pregunta precisa es: ¿Para qué asegurar la vida de un familiar, de un ser querido, de un socio en mi empresa o comercio que es padre/madre/sostén de familia?
Como asesores de seguros, el planteamiento que llevamos siempre es el de beneficio-capital en directa proporción a la capacidad de inversión. Lógico, que nunca en sustitución de la vida humana , pecuniariamente, imponderable. De hecho, por ser producto héroe, solo podemos hablar del grado de responsabilidad de un cabeza de familia, o del grupo familiar para analizar el riesgo y costo-oportunidad de generar capital antes de producirlo en vida con una inversión moderada, y apoyados en la función socioeconómica de que los seguros fomentan la cualidad de solidaridad, de mutua, con unas proporciones prima-riesgo que permiten a la familia reponer la parte monetaria que garantizaba el asegurado, y aliviar lo que será cuestión de tiempo: la ausencia, que es imponderable, en lo emocional y en lo psicológico, haciendo irremplazables a los asegurados; aunque, sólo un acto de sensatez atendido a tiempo genera la fortaleza patrimonial en el ciclo natural de los riesgos omnipresentes mientras contribuimos con la afirmación de la célula social más importante: la familia.
Es entonces, cuando debemos justificar la onomatopeya de la cobertura transparente: ¡Si! aquella que nos garantice el funcionamiento imperturbable de la estabilidad económica de los beneficiarios, a través del apoyo financiero que respalde la ausencia; considerando, que el patrimonio alcanzado hasta ese momento sufrirá una alteración en su secuencia ordinaria, que bien puede ser momentánea, como también, que deban esperar por la incorporación de los beneficiarios al tren productivo familiar.
Bien, para fortalecer tu capacidad financiera, lo primero que debes aclarar es: ¿Cómo comienzo un plan para cubrir las expectativas económicas de mi familia, asumiendo, desde ya, el momento de comenzar a invertir, bien sea, con aportes moderados, ó, sencillamente, la que conviene a mis expectativas y capacidad de pago actual? La respuesta es: la que le funcionará a tus beneficiarios cuando corresponda, y en el caso probable, que cumpla con la dirección programada, es decir, cobrar un capital como aval de retiro para tu vejez.
Entonces, hay una realidad que debes prevenir: la edad y la salud. ¿Son impedimentos? No, son facultades justiprecio que se aprovechan a tiempo.
¿Quien, entonces, nos facilita esa transparente amplitud en las coberturas?
Tú asesor de seguros, es el indicado para recomendarte las coberturas, los mecanismos de activación y proveedores. Y, esto, porque la trayectoria a seguir es la de clientes cada vez más conscientes, como individuos que progresamos, como país que progresa y participa en la protección del esfuerzo diario del patrimonio impulsado en la visión socioeconómica de la administración del riesgo inevitable, al compás de la premisa: “La participación de muchos genera el apoyo a tiempo y justo, en el ciclo natural de los que llegarán a necesitarlo”
Deseamos para ti salud, prosperidad y quedamos atentos para ampliarte las posibilidades de inversión.
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