El silencio no es una opción…

El silencio no es una opción” es la esmerada frase de @monterogabriela que resulta de la declaración melódica de su propio sistema, quizá, o lo más probable, es que hasta sea su método novedoso, su práctica constante: y no únicamente por tratarse de ella: la pianista que rompe paradigmas: la Musa que va conociéndose a medida que aprende de la flotabilidad ensimismada del ser que se despliega en ondas omnipresentes para regar vitalidad en el entorno: Musa que lee, siente y ofrece un resultado estrictamente positivo.
Disfrutarla y, por supuesto, avanzar en el enfoque del presente:
En la participación activa de proteger inversiones, proteger edificaciones, proteger enlaces con la actividad en la que ya se ha hecho la identidad comercial, que camina comunicándose con las vidrieras, intercambiando motivos para entenderse, sin rendirse a la primera de cambio (¿cambios?).
La realidad es que hay un trayectoria que en algunos son décadas de laboriosa presencia; y como muchos otros, hay quienes cargan sobre sus hombros la responsabilidad de cumplirle a terceros que a la vez también atienden a otros, hasta que el producto llega a quien no deja de cumplir la natural concatenación de vivir y participar en sociedad, en ciudades.
Esas personas, que hacen viajes remotos y que en algún momento se presentan con tu caja, o con los contenedores de tus productos, también están en la actividad aseguradora, no importa que vengan del lejano Taipei, Auckland, las Isla Baleares o salgan del puerto de La Guaira; lo resaltante es que una vez que tienen tu caja o tus contenedores, tienen en sus manos valor: Riesgos: lo que es igual a compromiso, a la posible indemnización:
[Valor] = [patrimonios] = [riesgos y responsabilidad] = [indemnización]…
 ¿Acaso no es el Valor la posibilidad de que algún imprevisto suceda?
¿No es el trayecto de un sitio a otro el espectador más perfecto de que fueron los comerciantes quienes inventaron los seguros para protegerse?
Sin embargo, hay excepciones puntuales (y que son de referencia exactas en otros planos):
 Dice el Código de Comercio:
  • El porteador (responsable de la carga) no responde de los efectos preciosos, dinero ni títulos de créditos que no le hayan sido declarados expresamente, y en caso de pérdida o averías no está obligado a satisfacer sino el valor declarado.
(En la actividad aseguradora: la valoración de los riesgos genera un compromiso (contraprestación) que no se puede omitir. Ver infraseguro)
Luego, prosigue (Código de Comercio) con lo de la indemnización, que nos atañe y es la intención de quien invierte en productos para apoyarse en caso de […]:
  • La indemnización de las pérdidas o averías a cargo del porteador se regulan por el valor de los objetos en el lugar a que destinados y en la fecha en que debe hacerse la entrega.
Evidentemente, un porteador es un comerciante y tiene un código explícito en el cual desenvolverse, además de “todo” lo sintetizado en un papel de endoso que abre un sin fin de oportunidades para invertir bien y al mejor costo.
Seguimos leyéndonos en la próxima publicación y comparto con ustedes, a propósito de estos días de Septiembre, la interpretación de Gabriela Montero: Summertime y por supuesto, impostergable:
¡El silencio no es una opción! de @monterogabriela

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"El seguro: progreso de nuestra civilización"