La actual situación económica reflejada sobre los precios de transacción de bienes y servicios nos hacen pensar que las primas de las pólizas de seguros han aumentado ajenos a la realidad del poder adquisitivo del asegurado: nadie ha escapado a ese asombro, y reconozcamos que lo primero que relampaguea es el pensamiento cómodo de que somos una entelequia aislada que no únicamente nos vamos de paseo antes de administrar lo que se ha venido procurando para incrementar las oportunidades de crecimiento, si no que esperamos que al regresar, cierta economía de servicios compensará con “posibilidades” de primas en detrimento del cumplimiento fehaciente que esperamos quienes abordamos el mismo crucero: ¡¿Y quien no está allí siendo proveedor y cliente a la vez?…¿O es que acaso el ábaco rima en una sola dirección?:
Pues no: cuando usted va a trasladar sus riesgos a la aseguradora, lo que se tasa es el valor de transacción de su Patrimonio/Salud/Vida. Es decir, que lo que para usted son activos con riesgos sobre un mercado (compra-venta ordinario) para la aseguradora son riesgos activos enteros o conformado por elementos de posible reposición o reconstrucción, cuya facultad de mantener su prima inalterable en la aseguradora dependerá del comportamiento de riesgos-siniestralidad que se justifica según el producto que usted contrate; y sostenido por unos valores a los que también accede a través de la compra en proveedores: entonces, no existe tal entelequia…
Ahora, hay que saberlo: quien no ha ido ajustando sus patrones de ingresos según la realidad de la economía, debe esperar que algunas de sus inversiones en servicios no coincidan con la posibilidad de mantener su activo con un respaldo sólido, y más aún, si la preferencia de interiorizar que sería posible una prima condescendiente aparece antes que la búsqueda de negociar una prima razonable y ajustada a las condiciones contractuales válidas que apoyen tales circunstancias. Asumir la planificación patrimonial con tiempo evita sorpresas y permite disfrutar de beneficios patrimoniales, que si los hay para el presente y futuro inmediato.
Pero: ¿Puede construirse tal prima condescendiente?
En seguros, existe algo similar como prima compensada, nivelada: pero no para productos distintos a los de Vida (cuyo riesgo no depende de la voluntad del Asegurado, ni el capital que se asigna para una carencia –que incluye tipos de discapacidades: no solo tiene que ser esa muerte que a suelen presentar como si fuese un estado artificial a la existencia – equivalente a valores de reposición), o por lo menos no aplica en riesgos que están sujetos a la disposición de un propietario que en primer término querría vender o incrementar la valía de su activo por voluntad propia; y que encima de esto, el compromiso que se asume es el de pagar las primas más onerosas los primeros años con la finalidad de desahogar los años ulteriores: eso aplica enproductos de Vida.
De allí que, escarbar primas que en apariencia son flexibles asemeja a comprometer el valor a tu patrimonio en situaciones forzosas mientras le aumentas el itinerante de riesgos por lapsos que bien pueden ser definibles con un presupuesto proporcional, tanto en valor a la reposición parcial del bien que estamos asegurando, como en casos de la sustitución por pérdidas irremediables. Además:
¿Quién compromete su inversión con apuros que amenazan la indemnización de riesgos azarosos en un mercado que ya de por si está bastante volátil para la reconstrucción o reposición…?:
La conclusión es: Nadie que valore su esfuerzo patrimonial se arriesga más allá de lo que un presupuesto sensato siempre define para continuar las actividades que fortalecen sus finanzas.
@seguros9
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