Ante un reclamo laboral o impositivo, el empleado puede accionar no sólo contra la empresa, sino también contra sus directivos. Por eso, las multinacionales pagan hasta u$s 1 millón al año para contar con una protección por u$s 100 millones para que los miembros de su directorio no pongan su patrimonio en riesgo.
Cada vez son más los empresarios que hoy no estarían dispuestos a sentarse en el directorio de una empresa sin una póliza que los proteja. Y con reclamos laborales cada vez más frecuentes por parte de los empleados como demandas de los entes de recaudación y de control, hoy hasta las Pymes buscan estos seguros conocidos en el mercado como D&O (protección de responsabilidad civil para directores y gerentes de empresas). Es que en un ambiente de creciente litigiosidad –que llega a triplicarse en épocas de crisis– el patrimonio personal y familiar de un ejecutivo puede verse seriamente comprometido en virtud de su responsabilidad solidaria e ilimitada establecida por la ley.
De hecho, ya se trata de un mercado de 500 pólizas anuales que pagan un total de u$s 25 millones, para cubrirse por u$s 2.500 millones, en un mercado que creció un 20% en 2010, un ritmo que se estima se mantendrá durante este año.
Las pequeñas y medianas empresas pagan desde u$s 6.000 anuales para que sus directivos tengan una cobertura de u$s 600.000. Pero las multinacionales abonan desde u$s 500.000 hasta u$s 1 millón al año para cubrir a todos los miembros de su directorio y de sus empresas asociadas por entre u$s 50 millones y u$s 100 millones, respectivamente.
“Es más, ahora los directivos, antes de cambiarse de empresa, exigen como condición contar con este tipo de seguro”, advierte Santiago Gattiker, responsable de Líneas Financieras de Zurich.
No es para menos: la Argentina se convirtió en un país de gran litigiosidad, al punto que el 60% de las demandas que se realizan se llevan a cabo no sólo contra la empresa, sino también contra el directivo que haya tomado la decisión, que luego hizo disparar el reclamo. “Por una mala liquidación de divisas pueden accionar también contra el jefe de Compras o CFO”, ejemplifica Gattiker.
Federico Rigou, gerente de Líneas Financieras del broker corporativo Aon Risk Services, explica que las causas típicas de reclamos son varias, que van desde demandas laborales (despidos, acoso, discriminación), diferencias en liquidaciones impositivas, mala administración de capital social, realización de inversiones inadecuadas, violación de las normas de contabilidad, competencia desleal o prácticas de comercio engañosas, por ejemplo. “Con esta póliza, el ejecutivo se queda más tranquilo, pues está cubierto tanto en los gastos de abogados que se originen como en los de una eventual condena, por lo que su patrimonio no corre ningún riesgo”, advierte Rigou.
Es que los empleados o ex empleados no son los únicos en condiciones de demandar a un director, sino que también lo pueden hacer clientes, organismos de control o de recaudación, como la AFIP, ARBA, la UIF, el Banco Central o la Comisión Nacional de Valores, que de esta manera ejercen un factor de presión extra hacia la compañía.
Otros que pueden llegar a accionar son los accionistas minoritarios sobre los mayoritarios, que terminan gastando un dineral en honorarios de abogados, que con esta póliza ya los tienen cubiertos.
Este seguro, que ha mantenido un crecimiento en la Argentina en los últimos años en las grandes corporaciones, hoy se prepara para abarcar también a las pequeñas y medianas empresas, ya que la litigiosidad y los reclamos contra ejecutivos se encuentran en un período creciente.
Ariel Gibaja, director adjunto de Pymes de Aon Risk Services, señala que “así como los médicos o cirujanos valoran este seguro ante eventuales errores, los empresarios valoran la tranquilidad y el respaldo de esta cobertura al momento de tomar decisiones. Si bien ha crecido mucho este seguro en nuestro país, todavía falta información y conocimiento de este producto en el sector de las pymes”.
Cada vez son más los empresarios que hoy no estarían dispuestos a sentarse en el directorio de una empresa sin una póliza que los proteja. Y con reclamos laborales cada vez más frecuentes por parte de los empleados como demandas de los entes de recaudación y de control, hoy hasta las Pymes buscan estos seguros conocidos en el mercado como D&O (protección de responsabilidad civil para directores y gerentes de empresas). Es que en un ambiente de creciente litigiosidad –que llega a triplicarse en épocas de crisis– el patrimonio personal y familiar de un ejecutivo puede verse seriamente comprometido en virtud de su responsabilidad solidaria e ilimitada establecida por la ley.
De hecho, ya se trata de un mercado de 500 pólizas anuales que pagan un total de u$s 25 millones, para cubrirse por u$s 2.500 millones, en un mercado que creció un 20% en 2010, un ritmo que se estima se mantendrá durante este año.
Las pequeñas y medianas empresas pagan desde u$s 6.000 anuales para que sus directivos tengan una cobertura de u$s 600.000. Pero las multinacionales abonan desde u$s 500.000 hasta u$s 1 millón al año para cubrir a todos los miembros de su directorio y de sus empresas asociadas por entre u$s 50 millones y u$s 100 millones, respectivamente.
“Es más, ahora los directivos, antes de cambiarse de empresa, exigen como condición contar con este tipo de seguro”, advierte Santiago Gattiker, responsable de Líneas Financieras de Zurich.
No es para menos: la Argentina se convirtió en un país de gran litigiosidad, al punto que el 60% de las demandas que se realizan se llevan a cabo no sólo contra la empresa, sino también contra el directivo que haya tomado la decisión, que luego hizo disparar el reclamo. “Por una mala liquidación de divisas pueden accionar también contra el jefe de Compras o CFO”, ejemplifica Gattiker.
Federico Rigou, gerente de Líneas Financieras del broker corporativo Aon Risk Services, explica que las causas típicas de reclamos son varias, que van desde demandas laborales (despidos, acoso, discriminación), diferencias en liquidaciones impositivas, mala administración de capital social, realización de inversiones inadecuadas, violación de las normas de contabilidad, competencia desleal o prácticas de comercio engañosas, por ejemplo. “Con esta póliza, el ejecutivo se queda más tranquilo, pues está cubierto tanto en los gastos de abogados que se originen como en los de una eventual condena, por lo que su patrimonio no corre ningún riesgo”, advierte Rigou.
Es que los empleados o ex empleados no son los únicos en condiciones de demandar a un director, sino que también lo pueden hacer clientes, organismos de control o de recaudación, como la AFIP, ARBA, la UIF, el Banco Central o la Comisión Nacional de Valores, que de esta manera ejercen un factor de presión extra hacia la compañía.
Otros que pueden llegar a accionar son los accionistas minoritarios sobre los mayoritarios, que terminan gastando un dineral en honorarios de abogados, que con esta póliza ya los tienen cubiertos.
Este seguro, que ha mantenido un crecimiento en la Argentina en los últimos años en las grandes corporaciones, hoy se prepara para abarcar también a las pequeñas y medianas empresas, ya que la litigiosidad y los reclamos contra ejecutivos se encuentran en un período creciente.
Ariel Gibaja, director adjunto de Pymes de Aon Risk Services, señala que “así como los médicos o cirujanos valoran este seguro ante eventuales errores, los empresarios valoran la tranquilidad y el respaldo de esta cobertura al momento de tomar decisiones. Si bien ha crecido mucho este seguro en nuestro país, todavía falta información y conocimiento de este producto en el sector de las pymes”.
Fuente: goseguros.com
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