A tenor de este tipo de situaciones no parece apropiado que, a una persona que vaya a suscribir un seguro de vida, se le haga un estudio de sus genes. Es un tema que está en debate, pero existe una prohibición de que se utilice por parte de las compañías de seguros.
Lo mismo sucede en el campo laboral, porque el simple hecho de que a alguien se le diagnostique una predisposición para determinada enfermedad, aunque no llegue a tenerla, ya le estigmatiza para desempeñar según qué trabajo. Otra cosa muy distinta es cuando una compañía de seguros recurre a las pruebas de ADN para evitar un fraude. «Ya tiene ocurrido en España que un inmigrante finge haber muerto en un accidente para que un familiar pueda cobrar la póliza», dice Camacho.
Fuente:lavozdegalicia.es
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